Espacio de exploración de la comunicación.

martes, 17 de febrero de 2009

Exploración de la relación entre redes sociales y comunicación.


Gabriel Vélez.

El concepto de redes sociales no proviene de un campo de estudios referentes a la comunicación. Ello es sintomático de los supuestos bajo los cuáles se trabaja en el terreno de este campo conceptual. Se da una gran fuerza a las representaciones sociales, los imaginarios y análisis de contenidos y discursos; sin embargo, la propuesta relacional (proveída por ejemplo por el análisis de redes sociales o cualquier concepto relacional) ha estado ausente de los análisis de la comunicación.Se pueden detectar algunas excepciones, por ejemplo las propuestas de terapia familiar emergentes de la escuela de Palo Alto, basada en la intervención de las relaciones entre los individuos o el modelo mismo de Shannon y Weaver (1949), el cual da relevancia al procesamiento de la información; sin embargo éste último sólo se difundió en la dicotomía entre los estudios de emisores y receptores con una variante referida a los análisis de discursos y contenidos (especialmente en Iberoamérica); y aunque su potencial para estudios de redes es amplio, no son visibles en el campo de la comunicación como tal como se podrá observar más adelante en este texto. Sin embargo por ser excepciones adquieren un carácter marginal en la composición de un campo de la comunicación (no por ser irrelevantes sus propuestas sino por su aislamiento de un posible campo de preocupaciones de la comunicación, quizás como ejes centrales de análisis).

Leer el artículo completo en http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n61/gvelez.html.

Redes sociales, ¿necesidad de expresión?


Ernesto Murguía Moreno

El Universal Lunes 29 de septiembre de 2008.


Las redes sociales son grupos de personas relacionadas entre sí por temas o afinidades específicos. Sitios como MySpace, Facebook, Hi5, Orkut, entre muchísimos otros, permiten intercambiar comentarios, contenidos de audio y video, fotografías, hacer amigos en cualquier parte del mundo y “pertenecer” a un grupo que en teoría nos comprende y comparte los mismos intereses. “Las redes sociales resultan de gran utilidad para la sociedad —escribe Enrique Bustamante, autor de Redes sociales y comunidades virtuales en internet— porque satisfacen una necesidad real de expresión y reconocimiento”.
Formar parte de una red es fácil: basta crear un perfil (real o ficticio), invitar por correo electrónico a posibles “amigos” y casi al instante comenzar a tejer una compleja telaraña de relaciones que implican compartir información regularmente y realizar comentarios a los perfiles, artículos o blogs de los miembros. De acuerdo con Bustamante, “gracias a las redes sociales tenemos la posibilidad de interactuar con otras personas para el beneficio común. Cada miembro que ingresa transforma el grupo en otro nuevo; la fortaleza de las redes sociales está en sus miembros que contribuyen constantemente al crecimiento de las relaciones”.
La influencia de las comunidades sociales abarca prácticamente todo, desde la música y la forma de vestir, hasta actitudes, apoyo psicológico, consejos sobre temas como maternidad, salud, sexualidad o educación de los hijos, comunidades religiosas entre una incontable variedad de tópicos. Cualquier tema puede encontrar su nicho en alguna red social. Para esto, no todas las comunidades deben contar con millones de usuarios. Algunas subsisten con apenas unos cientos o miles de suscriptores. Una búsqueda de Google sobre redes sociales religiosas, por ejemplo, da como resultado más de 48 millones de ligas.
Las redes sociales son también una oportunidad de negocios. Una encuesta celebrada por la consultora JupiterResearch reportó que 48% del marketing de internet presupuestado para este año se realizaría a través de las redes sociales. Según esta empresa, uno de cada cuatro usuarios de internet navega al menos una vez al mes por alguna comunidad virtual, y uno de cada tres miembros de redes sociales son influenciados por ésta a la hora de comprar algún producto.
Y es apenas el principio. La tendencia es integrar las diferentes comunidades en un solo espacio. Actualmente, muchísimos internautas utilizan diferentes proveedores. Con el tiempo, estos servicios (aunque sean de diferentes compañías) podrán integrarse. “Los días en que los usuarios ‘pertenecían’ a las compañías han terminado”, comenta Gina Bianchini, CEO de la empresa Ning, uno de los primeros miembros de OpenSocial, una iniciativa de Google para que los programadores creen aplicaciones que puedan funcionar con diferentes sitios y redes sociales.
Las comunidades virtuales, que ya de por sí están haciendo sentir su peso e influencia en la forma en que concebimos internet, se preparan para tomar nuevamente por asalto la red… y nuestras vidas.

lunes, 16 de febrero de 2009

ETNOGRAFÍAS DE FACEBOOK. IRREDUCIENDO EL SOFTWARE SOCIAL. CUANDO LA ARQUITECTURA ES LA RETORICA DE LA RED.

por Piscitelli

Modalizar no es moralizar
Bruno Latour nos enseñó tantas cosas, que es difícil agradecerle todas y bien. Pero una de las mas duraderas ha sido la noción de modalizacion de los discursos. Importa tanto lo qué se dice acerca de qué, como cómo se dice acerca de, quién dice qué, cómo se instalan los temas y los tropos, quiénes los definen y bautizan, quiénes los explican y los rearticulan. Y esto vale tanto acerca del mundo real como del virtual. Y muy especialmente del virtual. Donde las operaciones de marketing, visibilización, esponsorización y de puesta en circulación requieren de figuras, de promotores, de usuarios.
La modalización tiene sus riesgos cuando se presenta como academización. Tuvimos un excelente ejemplo cuando nos enfrascamos en la lectura de Ciberculturas Juveniles coordinada por Marcelo Urresti de la UBA, donde fenómenos que son vibrantes, confusos, e desinstitucionalizantes, fueron barridos por la mirada ubamarxista, pasteurizados por las viejas dicotomías y distinciones de siempre, y en definitiva englobados bajo una mirada ideologizante previas a cualquier lectura y que se impone mecánicamente llevando a conclusiones sabidas de antemano independientemente de que objeto se analiza.No nos perderemos aquí en los meandros de las Ciberculturas Juveniles sino que nos convoca otro fantasma, y antes de exorcizarlo queremos tratar de cernirlo en su especificidad y en vez de reducirlo al maniqueísmo habitual de las ciencias sociales, tratar al contrario -latourianamente- de irreducirlo. Se trata esta vez de una incipiente etnografía de Facebook, uno de los atractores mas fascinantes que tiene la red actualmente.
Y para hacerlo seguimos los pasos (siempre hay alguien que nos ganó de mano por 6 meses, por un año o por una vida) de Ian Bogost el brillante autor de Unit operations y The Persuasive Power of Viodeogames, quien a mediados del 2007 inició una investigación/acción semejante a la que nosotros estamos emprendiendo en este momento.
Irreduciendo Facebook
Hay muchos motivos por los cuales un profesor debería/querría estar en Facebook. Ya sea para compartir fotos, videos, o notas. Ya sea porque la mayoría (especialmente en USA) de sus estudiantes ya lo están, ya sea porque hay experiencias pioneras y muy interesantes, de ensayos educativos en su seno.
Dado que Facebook aspira a hacer realidad la fantasía de Roberto Carlos de tener un millón de amigos, la fenomenología de su uso debe pasar irremediablemente por una auscultación de ¿qué es un amigo en Facebook? , seguramente algo muy distinto de lo que entendemos por tal en el mundo real.
En otros sistemas como Linkedin la cosa es mas clara. Como se trata de una red social de intereses profesionales, los otros no son amigos sino, apenas, contactos. Para Bogost las redes sociales funcionan como una reserva en espera, uno junta contactos o relaciones con distintos grados de intermediación, y frente a un hecho o necesidad puntual las activa. Y en el caso de Linkedin, queda claro que se trata de eventuales empleadores, socios o intermediarios laborales.
La unidad de referencia en Facebook es mucho mas laxa, compleja y turbia. De mis 300 y picos de amigos/contactos, hay algunos que son docentes de la cátedra o docentes tout court, hay algún alumno cursando y varios ex-alumnos, hay algún amigo de antaño, hay un grupo de desconocidos con los que compartimos el apellido, hay asistentes a charlas, conferencias y cursos, hay muchísimos que son amigos de amigos de amigos y el denominador común se angosta y se difumina. Y hay una categoría nada residual de gente que me conoce (y con los que comparta de una a una decena o veintena de otros conocidos en común) pero que yo no conozco.
La opción detalles de amigo (que casi nadie llena) no sirve de mucho para ir definiendo categorías de relación, y según lo comprobado por Bogost, la idea de amistad en Facebook viene contaminada porque el sistema las exige como mutuas, idénticas,y bidireccionales, algo muy diferente de lo que ocurre en el mundo real.
La conmutatividad generalizada que es la marca ontológica de Facebook, vuelve casi imposible determinar grados de amistad, grados de tipo de contacto que se quiere tener, grupos a los que se podría pertenecer por default, etc.
Arquitecturas que son destino
Bogost insiste en que la arquitectura de Facebook ni siquiera permite discriminar entre los tres tipos de amistad que Aristóteles distinguía: a saber basada en la virtud, en la utilidad y/o en el placer. Peor aun no permite identificar en qué momento un tipo de amistad se convierte en otro. Mas grosero aun le parece el dictum que el sistema asume de la amistad como un úkase digital (el mundo se divide en un antes y un después de que alguien nos concede generosamente su amistad o viceversa), y no en un continuum que requiere previamente del tiempo para madurar, yendo en una u otra dirección de su eje ¿qué pasa cuando nos enemistamos con alguien?, muy poca gente sabe como desembarazarse de un ex-amigo y muchos no se animan a hacerlo.
La ontología de la temporalidad de Facebook, que solo concibe al tiempo como un presente perpetuo genera en ocasiones (especialmente cuando uno añade su status emocional), un cambio lingüístico que no se corresponde con ningún estado en el mundo real. La actualización del perfil muchas veces determina un cambio en el status de la relación que genera muchos equívocos (gente que se alegra de uniones y se lamenta de separaciones que ocurrieron alla lejos y hace tiempo), y muestra una de las caras mas curiosos de la arquitectura emocional generada por el código sin corresponderse a ningún estado simultáneo en el mundo real.
Privacidad, amistad y algo mas
Hace rato que las discusiones acerca de la privacidad de Facebook vienen sonando mal. Danah Boyd una de las expertas en el tema lo reveló en detalle un par de años atrás en Facebook's "Privacy Trainwreck": Exposure, Invasion, and Drama, pero quizás lo mas significativo de la cuestión es la incapacidad (o deseo de los diseñadores) de que el sistema sea sutil en estos rasgos, que permita mostrar qué tipo de información quiero revelar o no, y la (in)capacidad que los usuarios tenemos (no mucha parece) de sintonizar a medida la revelación de nuestros perfiles.
Aquí hay varias lecturas posibles. Hay quienes insisten en que Facebook es una plataforma de contactos light a costo mínimo. Puede ser que la relación que tengamos con la gente sea mucho mas superficial de lo que llamaríamos amistad en la vida real, pero tenemos acceso a cierta faceta de su cotidiano sin tener que preocuparnos mucho por cuanto y como saberlo. Para Bogost en cambio la información que da Facebook dice poco y nada acerca de la variación, la riqueza, los gustos o los tipos de interacciones que las personas tienen con su mundo vital, y si tan solo acerca de los usos (y los abusos) o los desusos que los usuarios hacen de las herramientas (la arquitectura) segun él comercialmente orientadas del sistema.
Si la critica la hiciera Sergio Sinay (que compendió en Conectados al vacío. La soledad colectiva en la sociedad virtual, la lista completa de tonterías que cualquier analista silvestre puede hacer de los mundos virtuales, esforzándose bastante eso si para trivializarlo todo), ni siquiera nos agarraríamos de los pocos pelos que nos quedan. Pero cuando la crítica la hace un diseñador y analista de los videojuegos de calibre mundial como Bogost, especialista en diseñar mundanidad (hacer cola en la seguridad aeropuertaria, desayunar, hacer mandados como hitos importantes en los videojuegos) e insistiendo en que es sano identificar lo que el otro hace en el día a día (y no solo los premios Nobel que eventualmente podría recibir) hay que barajar y dar de nuevo.
Cuando el mundo virtual busca comerse al real. ¿Mismo destino que Second Life?
Porque Bogost pega duro donde mas duele. Las sinopsis que nos enfrascan cada día en Facebook dicen poco y nada de quiénes son nuestros amigos, de qué hacen, y qué los define. Al revés registra mas bien que hacen con y dentro de Facebook. Ironizando al extremo Bogost insiste en que Facebook le recuerda al libro Soliloquy de Kenneth Goldsmith, una transcripción de todas las frases pronunciadas por el autor durante una semana. Para Bogost esto remeda al arte conceptual y poco o nada tiene que ver con la interacción social.
La referencia apunta hacia dos lados precisos. La rapidez y volatilidad con que los usuarios adoptan las aplicaciones (o widgets o gizmos) que el sistema ofrece, y que a esta altura, un año y medio después de iniciado el trabajo de Bogost, están en el orden de los muchos miles (de 7.000 a fines del 2007 pasaron a 33.000 a mediados del 2008 y a 55.000 hoy).
Porque de aplicaciones tienen poco y nada, ya que se trata básicamente de billboards o superficies que permiten "pegar" imágenes, videos o sonido convirtiendo a Facebook (a diferencia de otras experiencias como Wikipedia, o Netvives o Ning) en uno de los entornos mas variados, donde y como publicar, pero al mismo tiempo de los mas limitados en cuanto artefactos expresivos (especialidad de Bogost como su libro mas reciente Persuasive Games sobre videojuegos no deja de recalcar)
La critica de Bogost es interesante (aunque en un próximo post veremos si en los 18 meses que ha transcurrido desde su formulación no han sido contestados por usuarios y desorrolladores desde la misma dirección que el indica) porque mas que etiquetar (negativamente) al medio, al entorno, a la práctica o a los usuarios pone el énfasis en la tesis omnímoda de Lawrence Lessig "La arquitectura es la política de la red" amplificada para decir ahora "La arquitectura es la retórica de la red".
Desarrollo de plataformas, potenciación de la expresividad y simplificacionitis comercial. A veces.
Hay mucho para discutir acerca de las mejoras en las aplicaciones permitidas por la plataforma de desarrollo F8 de Facebook. Y si bien gran nuúero son irrelevantes, pretenciosas y una excusa para hacer negocios baratos, hay otras que prometen y cumplen.
Para quienes como Bogost y muchos otros estamos obsesionados por las plataformas de software la inquietud es que este país formado por 140 millones de usuarios de los cuales casi 30 millones están en USA no se convierta una vez en un erial autista de fantasmas virtuales.
Quizás el sobreénfasis de usuarios noveles azuzados por posibilidades por en encima de su capacidad expresiva, está en la creación fatua en vez de la transición de la competencia al sentido- solicitada por Bogost y sobre la cual hemos insistido muchísimo en nuestros seminarios web 2.0- .
Pero Facebook tiene mucho aun para explorar antes de pronunciar muertes que solo ven los denunciadores.
Evolución socio-cultural acelerada
Internet es un laboratorio del mundo real y también su replica, mejorada o empeorada. Es sobretodo un testeo acelerado de relaciones y prácticas sociales. Si la tecnología es biología acelerada, otro tanto pasa en el mundo virtual respecto del real. Lo que en éste lleva años o décadas y experimentación lenta y pausada en aquel se dispara con una velocidad inaudita.
Si se tardó décadas en colonizar al lejano Oeste, apenas fueron tres o cuatro años los que cambiaron para siempre a los sitios emblemáticos de la red. En el caso de Facebook en 4 años se pasó de una comunidad cerrada sobre los estudiantes de Harvard (aunque en solo un mes logro captar a la mitad de los estudiantes de toda la universidad), a incluir a los alumnos de Stanford, Columbia y Yale. Poco mas tarde a la de todos los miembros de la Ivy League, hasta finalmente incluir a la mayoría de las universidades de Canadá y USA, Facebook lanzó una versión para las escuelas secundarias en Septiembre de 2005. Posteriormente se estiró hasta incluir a los empleados de compañías high-tech como Apple y Microsoft, hasta que finalmente en Septiembre del 2006 Facebook se abrió para todo los mayores de 13 años en el mundo.
Demografía básica y transformación sociocultural significativa
Con 140 millones de miembros, la mitad de los cuales no son universitarios y con un crecimiento acelerado de la franja etaria de los que tienen mas de 25 años, muchos de los supuestos y prevenciones originales acerca de cómo encarar a los alumnos, o incluso de no interferir en sus rutinas, lentamente se van desvaneciendo, y la comunidad virtual aquí formada empieza a mostrar la misma variedad, los mismos desafíos, los mismos problemas y las mismas confusiones que los que vemos en la vida misma.
Estos datos son importantes porque obligan a revisar el trabajo hecho por Bogost, ya que la demografía actual es totalmente distinta a la experimentada por él. Sin embargo varias de sus preguntas se mantienen vigentes. ¿Deberíamos incluir a nuestros x-estudiantes (en nuestro caso son ellos muchas veces quienes piden que los añadamos como amigos), ¿si solo admitimos a los muy buenos eso seria favoritismo?, ¿dejar que nuestros estudiantes nos admitan implica algún compromiso o deuda?
Porque un conocimiento somero de la plataforma nos muestra que ella está en el borde mismo en que lo educativo se trasviste en comercial, que lo productivo se pervierte en consumo, que la tecnología mas que empoderar a los miembros tiende, por el carácter irrisorio de la mayoría de esas 50.000 aplicaciones, a la trivia, la pavada y la perdida de tiempo.
Expandiendo las áreas de intersección entre docencia, proyectos y vida
Los yanquis son también persecutos, y por eso Bogost parecería recaer en la trampa del encuadre psicoanalítico (¿si veo a mí analista en una fiesta lo ignoro o me lo tranzo?, para ridiculizar aun mas la alternativa) cuando se pregunta si es contraproducente o no que nuestros estudiantes vean detalles de nuestras relaciones profesionales con otros docentes, o colegas del mundo corporativo (aquí curiosamente esa movida se vería como elogio de la transparencia).
Y sin embargo al abrir la problemática y finalmente aceptar que ese conocimiento debe circular, que el estudiante no solo va a la facultad a ingerir datos, o a desarrollar una supuesta postura crítica, la postura de Bogust sale eniquecida y abre nuyevos horizontes.
Como bien anticipaba Richard Sennett al final de La cultura del nuevo capitalismo, y como desarrolló a fondo en su último libro The Craftmanship (en las antípodas de El Aprendiz de Donald Trump). La "artesanidad" (algo bastante mas interesante y complejo que el aprendizaje), supone mucho mas que aprender una disciplina, oficio o cuerpo de ideas, se trata básicamente de un aprendizaje/interiorización contextual/concreta, que permite poner en resonancia lo que uno hace laboralmente con lo que uno es socialmente en todos las otras áreas de existencia.
De grandes maestros a grandes mediadores
Al borrarse progresivamente la frontera entre lo que nos da de comer y lo que nos gusta hacer, entre el espacio público y el privado, entre el mundo formal y el informal (o contextos de afinidades) el mentorazgo se convierte en el camino clave para la formación y la transmisión. No es ninguna novedad que los buenos tutores o mentores proliferan en los primeros años de la carrera pero desaparecen (¿amenazados por la brillantez de los discípulos? una de las variantes que explora cínicamente Georg Steiner en Lecciones de los Maestros, 2004) cuando de entrar en la vida profesional se trata.
Bogust contesta muchos de los interrogantes que inundan el mundo académico cuando a alguien (a él, a nosotros) se nos ocurre sumergirnos en los meandros de Facebook, como un modo de entender la mutación de las relaciones sociales tan efervescentes hoy. Ni él, ni nosotros tenemos la menor idea de como "aprovecharlo académicamente", pero lo que es aun mas riesgoso y fascinante, de como puede alterar una plataforma como Facebook, las redes sociales que conformamos, profesores, ex-alumnos, alumnos actuales y sobretodo alumnos futuros, pero tambiény sobretodo futuros empleadores.
Y sin embargo no podemos dejar de embarcarnos en este viaje y estas preguntas, traducidas en el caso de nuestra Cátedra de Procesamiento Datos, tal como hemos venido estudiando en los últimos años, da lugar a las siguientes modalizaciones
Modalizando Facebook
· ¿Qué es lo nuevo de Facebook y qué es lo viejo nuevo y lo nuevo viejo?
· ¿Cuales son los rasgos de la arquitectura de Facebook que determinan su política?
· ¿Es Facebook una ficción instituyente?
· ¿Es Facebook una desorganización?
· ¿Como compara en acciones, tipos de comunidades, alcances, formas de crecimiento Facebook con otras entidades vivientes como Linkedin, Sonico, Hi5, Taringa, Tuenti, etc?
· La comunidad de desarrolladores de Facebook con 660.000 personas es mas grande que muchas ciudades argentinas. ¿Como comparan con otras, hasta que punto pueden llegar a trabajar en dirección de arquitecturas de libertad o de control? Al hacernos estas preguntas queremos ser coherentes con un proyecto de cátedra que en las actuales circunstancias se ha convertido en sinónimo y eco y potenciación de la disrupción, la novedad y la incertidumbre. Que contradictorio es decir que se teoriza/practica el cambio, sin asimilarlo ni institucional ni organizacional, pero sobre todo pedagógica, práctica y evaluativamente.Para ir cerrando es interesante la observación de Bogost acerca de la contradicción central de Facebook. Ya que al mismo tiempo que genera la mas grande de las redes sociales del mundo potenciando la amistad, al mismo tiempo se trata de una plataforma cerrada y comercial que vela mucho mas por sus intereses, que por el de las amistades propiamente dichas en el sentido mas lírico del término. Lo cual dispara otro conjunto de preguntas-marco.La tensión insuturable entre innovación y democracia (¿a pesar o gracias a Von Hippel)Desde que existen estudios en innovación, invención, generalmente la misma se atribuyó (tautológicamente) a la existencia de genes, genios individuales, a veces a instituciones y financiamientos ad hoc y generosos no menos idiosincráticos. El advenimiento de Internet y la promesa de un sabiduría de las multitudes , la generalización del crowdsourcing, formas de producción par a par, pateó el tablero. La publicaciòn de Democratizing Innovation de Eric von Hippel no ha hecho lo suficiente aun para revertir lecturas y paradigmas ancestrales. Sin embargo una lectura somera de sus ideas exige plantearnos -especialmente en el caso de Facebook-
· ¿Porqué no existe un Facebook escrito en software libre?
· ¿Cuánto mas profundas y desagregadas son las amistades generadas en otras redes del mismo tipo y que relación hay entre software propietario y grados de amistad?
· ¿Hasta qué punto el modelo de negocios de Facebook (asi como el de cualquier otro emprendimiento) limita las promesas de empowerment y liberación cognitiva, emocional y expresiva prometidas por la plataforma?
· La existencia de varias otras plataformas en idiomas nativos ¿suponen una mejora respecto de esas limitaciones en software generado básicamente en un nicho como son las universidades norteamericanas? · ¿Hasta que punto una apropiación académica/instrumental de la Plataforma la reduce a usos sectarios, respeta su identidad, o al criticarla (a través del uso como e snuestra propuesta) la reinventa y la radicaliza? No es la menor de las paradojas que todos nos llenamos la boca con la supuesta habilitación masiva en la producción de nuevos contenidos hechos posibles por la web 2.0 y 2.1 y que al final terminamos consumiendo paretianamente el 80% de nuestro tiempo usando programas, plataformas y servicios como Facebook, YouTube, iTunes, Second Life, donde nuestro único rol es el consumo mas o menos pasivo de "lo que hay".Por eso como lo hizo Bogost hace año y medio lo mejor de nuestro experimento Vivir/Estudiar/Exopandir Facebook sea no tanto imaginar usos inéditos, reapropiaciones pedagógicas, reinvenciones milagrosas del ethos de la clase universitaria gracias a nuestra identificación con los nativos digitales y al uso de Facebook como un Caballo de Troya, sino al revés -y simétricamente- a través de su cuestionamiento permanente. De un cortocuito constante frente a sus limitaciones, arbitrariedades y denegación de libertad que supone cualquier definición (porque como bien decía Spinoza toda determinación es negación). Y correlativamente de un corrimiento permanente de sus límites a través de usos que tanto alumnos y docentes podamos descubrir/inventar sobre la marcha.

domingo, 15 de febrero de 2009

Historia de la cultura
Sandra Díaz
15 de febrero de 2009

En una ocasión me preguntaron ¿quién eres?, la verdad es que duré largo rato pensando y no me fue posible contestar, en mi mente surgían múltiples respuestas, pero a la vez ninguna, me sentía un ser tan complejo, pero también muy simple.

Ahora, es precisamente esta pregunta la que me incitó a realizar el presente trabajo, a cuestionarme sobre mi identidad.

Al igual que García Canclini, yo pienso que estamos conformados por múltiples identidades que dan lugar a culturas híbridas, sin embargo, más que enfocarme en la modernidad y postmodernidad, yo me centraré en explicar nuestra cultura a través de los distintos procesos que han transcurrido a lo largo de la historia. Mi postura es que somos seres históricos, somos el resultado de una inmensidad de mezclas de culturas de las cuales, aunque han pasado bastantes años, aún conservamos ciertas características que identifican nuestra personalidad.

Un claro ejemplo de lo anterior es la religión, inclinándome por el cristianismo en este caso.

El cristianismo es una doctrina religiosa basada en el judaísmo. Los judíos helenizados, es decir, los que comprendía el lenguaje griego, fueron lo que difundieron esta doctrina.

Pero, ¿por qué el cristianismo tuvo tan sobresaliente progreso? La respuesta es bastante simple, el griego fue el causante de que pudiera penetrar en todo el mundo. Gracias a la universalidad del griego los libros sagrados escrito en este idioma fueron conocidos, influyendo culturalmente.

Por otro lado, los orígenes del Imperio Romano fueron, precisamente, helenísticos (fusión griega con oriental). Los griegos, antes que los romanos, pensaron en el concepto de Imperio, donde hubiera una unidad de la humanidad, de hecho, antes de este imperio ya habían existido otros, pero ninguno tan vasto e importante.

El Imperio Romano, con sus múltiples conquistas, realizó una civilización jamás antes vista, que comprendía de varias culturas, pero que se sintetizaron en una conciencia universal, lo cual fue posible debido a que todos aprendieron una lengua: el latín, del cual se derivaron otras lenguas, incluyendo el español.

Gracias al latín se facilitó el intercambio e ideas, además de que fue posible que todos conocieran las leyes, la religión y las costumbres, por medio de las cuales se guiaban para vivir armoniosamente.

El Imperio se derrumbó tras la invasión de los bárbaros, surgiendo tras él la Edad Media, donde todos giraba en torno a un Dios, que tuvo gran influencia porque las personas se sentían desprotegidas, necesitadas de un sostén que las guiara y llenara el vacío que experimentaban.

Fue este Dios el causante del bienestar interior y de la inspiración del arte (grandes obras eran creadas para él), de la filosofía y de la ciencia sujetas a la teología, y también de la educación, economía y todas las manifestaciones culturales.

Ahora se preguntarán, ¿Qué relación existe entre estos hechos históricos con mi identidad? La cultura Occidental a través de los años ha cambiado, pero no del todo, sigue teniendo la misma esencia que la caracterizó desde hace varios años: La idea del Imperio aun la conserva, tal vez ya no con el mando de Roma, pero si con el de potencias mundiales como lo es Estados Unidos, con el idioma Inglés y su capitalismo. Ahora ya no lo llamamos Imperio, ha cambiado su nombre por globalización. Todavía se puede observar la enajenación a causa de la búsqueda hacia lo perfecto y la paz interior.

Mi conclusión es que, a pesar de que vivimos en el siglo XXI, y ya han transcurrido bastantes años de lo antes mencionado, nunca nos podremos desligar de nuestros antepasados, de la forma en que vivían y pensaban, de sus ideologías. Y así como García Canclini nos dice que los artistas miran hacia el pasado para encontrar estímulos para imaginar, nosotros también podemos revisar la historia cuando tengamos dudas sobre nuestra identidad, no debemos de olvidarnos de la memoria social de cual nos habla Víctor Díaz, pues por lo visto padecemos de amnesia histórica.

Ahora, al preguntarme ¿quién soy? me doy cuenta de que soy el resultado de un largo desarrollo, que no debo de ignorarlo, ya que me puede ayudar a descubrir quién soy realmente.

Bibliografía:
DÍAZ, Gajardo Víctor, Nuestra esquiva identidad, Fragmentación cultural y memoria histórica.
SANDOVAL, Espinoza Alejandra, Globalización, Identidad e integración latinoamericana: las contribuciones de Néstor García Canclini y Martín Hopenhayn, Revista chilena de humanidades, 2000.
GARCÍA, Canclini Néstor, Hibridez cultural y globalización.

martes, 3 de febrero de 2009

LA FERIA DE LEÓN.



Martha Acevedo Segura*


“Contradictorio”, es una de las características con la que se puede describir al leonés, afirma Ernesto Padilla González del Castillo, académico de la UIA y autor del libro León, una mirada al espejo, quien añade que somos difíciles para aceptar las cosas externas, pero al mismo tiempo sí recibimos bien al visitante, somos hospitalarios. Ser leonés, es sinónimo de gente trabajadora, de empuje, emprendedora, comedores (en la calle) por excelencia.

Somos muy religiosos, pero no muy cumplidores con los preceptos; hemos descuidado nuestro patrimonio tangible y el intangible también. Somos conservadores, pero a la vez rebeldes sobre todo con la autoridad. Defensores a muerte de nuestros símbolos como lo religioso y lo deportivo. Para otros, como el cronista posmoderno Luis Alegre, los leoneses somos poco imaginativos, apasionados en buena medida, poco ilustrados, pero muy diversos, pues mucho de León está edificado por personas que han llegado de otras zonas del país, con lógicas diferentes.

Así, con toda esa amalgama de contradicciones, en la ciudad hay un lugar que durante el mes de enero y los primeros días de febrero, el más humilde y sencillo de los habitantes de la ciudad, puede compartir junto con el más importante y hasta poderoso ciudadano, sin inmutarse; el territorio, es la Feria de León.

Según Jesús Martín Barbero, investigador de temas sobre comunicación, cultura e identidad, para ser reconocidos necesitamos contar nuestro relato, pues no hay identidad sin narración y ésta no es sólo expresiva sino constitutiva de lo que somos. Ante esto recordemos que hace unos días la ciudad cumplió 433 años de ser fundada; alrededor de este festejo, tenemos la organización de la Feria Estatal de León, cuyos antecedentes se remontan al año 1776, en donde se invirtieron 71 pesos para la concelebración litúrgica en honor de San Sebastián, santo patrono de la ciudad.

Éste fue el primer antecedente de lo que sería al paso del tiempo, una de las fiestas populares más importantes primero a nivel local, después estatal y ahora nacional con proyección internacional.

La fiesta como tal, ha cruzado fronteras y es calificada como la mejor del país, por su organización, orden, seguridad, cantidad de espectáculos gratuitos, variedad, expositores, terrenos con infraestructura de gran calidad y hasta por su limpieza.

Visitar la Feria, más allá de lo comercial, implica además de acercarse a la cultura popular y tradiciones de la ciudad, disfrutar el terreno como propio, en donde todos podemos gozar, en donde diversas generaciones interactúan en paz; sin darnos cuenta nos transformamos, nos volvemos leoneses, nos identificamos. Seguramente regresaremos el próximo año para, con más fuerza, vivir la experiencia y transformar el empuje en un proceso productivo, el goce en tradición, la costumbre en orgullo y la identidad en fortaleza.

*Académica de asignatura del Departamento de Ciencias del Hombre
ibero.opina@leon.uia.mx